El Ararteko alerta del riesgo del abuso en el empleo del móvil por parte de menores
El uso descontrolado de las nuevas tecnologías amenaza con provocar el aislamiento de los jóvenes
Axier burdain
- Viernes, 21 de Septiembre de 2012
Donostia. Las
pantallas, independientemente de su tamaño, transmiten imágenes y estas,
a su vez, se convierten en ideas en la mente del receptor. Los menores
de edad resultan especialmente sensibles a estos mensajes y, según un
informe elaborado por el Ararteko, el empleo indiscriminado de las
nuevas tecnologías por parte de este colectivo no siempre tiene un final
feliz. En una época en la que las nuevas formas de comunicación se
perfilan como un arma de doble filo en caso de ser mal empleadas, el
Ararteko advierte de que el 6% de los menores de 12 años se ha sentido
acosado sexualmente en alguna ocasión y que en dicha situación se ha
empleado algún tipo de dispositivo digital. Entre el alumnado de la ESO,
el porcentaje de víctimas se eleva al 18%.
"Un uso inadecuado y descontrolado del móvil puede originar situaciones problemáticas como el ciberbullying", advierte el Ararteko en su informe La Transmisión de Valores a Menores. La persecución puede adoptar diversas formas, que abarcan desde el acoso sexual a través del móvil, el desprestigio en la Red, el envío de mensajes amenazantes o el fenómeno denominado happy slapping, consistente en agredir violentamente a alguien y grabarlo con el teléfono para, posteriormente, difundir el vídeo por Internet. Además de estos riesgos, la oficina del defensor vasco subraya que un empleo indiscriminado de este tipo de aparatos, cada vez más de moda entre los adolescentes, "puede originar en los menores una excesiva influencia hacia la persuasión al juego y al consumo, al mantenimiento de conversaciones con personas desconocidas y a la recepción de material pornográfico".
Las cifras avalan los temores del Ararteko, ya que el 72% de los menores encuestados confirma haber recibido mensajes en los que se le invita a participar en sorteos o juegos de azar tipo casino. El 9% afirma haberse convertido en receptor de imágenes pornográficas en su móvil y, en este mismo sentido, el informe destaca sin cuantificar que cada vez se detectan más casos de víctimas de agresiones virtuales.
A pesar de que la recopilación de datos se llevó a cabo justo antes de que el Whatsapp y las redes sociales tomaran el control de los dispositivos de telefonía móvil, los adolescentes encuestados ya revelaban que, salvo en contadas ocasiones, no empleaban el aparato como teléfono. El envío de mensajes cortos era ya la función más socorrida y solo el 9% del alumnado de 6º de Primaria que disponía de móvil lo empleaba casi diariamente para realizar llamadas. En Secundaria, esta misma tasa se elevaba hasta el 25%.
De forma paralela, los artilugios móviles se han revelado como una importante herramienta de ocio. Además de los consabidos chats, los jóvenes los emplean como plataforma para jugar a videojuegos y también para intercambiar imágenes y vídeos online. En este sentido, el informe publicado por el Ararteko subraya que si bien el móvil, la televisión, Internet y los videojuegos "son medios que ayudan a mantener las relaciones interpersonales" y que, por tanto, "ayudan a socializarse", también encierran riesgos.
Si la entrega de dispositivos no va acompañada de la educación adecuada, los usuarios pueden convertirse en víctimas de la "pantallización", un fenómeno consistente en distorsionar el mundo real hasta adecuarlo al formato de una pantalla, independientemente de su tamaño. Este comportamiento, de acuerdo con las apreciaciones contenidas en el informe de la oficina, puede llevar a que lo malo parezca menos malo a ojos de los "adolescentes criados en la cultura de la imagen, acostumbrados a grabarlo todo, hacer fotos y enviar SMS". En otras palabras, el estudio establece que "el empleo abusivo del móvil, así como de otras tecnologías, puede dar lugar a una adicción y, en consecuencia, a un aislamiento permanente".
Aunque la situación que se da en nuestro entorno no es equiparable a la de otros países, el aislamiento al que el análisis hace referencia puede desembocar en un encerramiento del menor en su habitación para, desde allí, poder interactuar libremente con sus aparatos electrónicos. A esta situación, aún infrecuente en la CAV, se le denomina bedroom culture y ya es objeto de estudio en algunas investigaciones sociológicas.
La conversión del dormitorio juvenil en una suerte de santuario en el que los adultos no tienen cabida hace de este espacio un territorio privado en el que "la televisión, la música y el ordenador compiten y comparten la atención de los jóvenes". "El acceso a Internet y el teléfono móvil -añade el documento-, se constituyen en medios para mantener los vínculos con sus amigos en la distancia y la soledad de su cuarto".
A juicio del Ararteko, la solución a este complejo problema se encuentra en la Declaración sobre la educación de los Medios promulgada por la Unesco en 1982, en la que se subraya la importancia que la escuela y la familia tienen "en la asunción de la responsabilidad de preparar a los jóvenes para vivir en un mundo dominado por las imágenes, las palabras y el sonido".
Klasean hainbestetan aipatu bezala, teknologia berriak eta digitalak ez dira ez onak ez txarrak, guk beraiekin egiten dugun erabilera da azkenean garrantzitsua. Artikuluan agertzen du gazte eta umeen eguneroko "ogia" direla teknologiak eta askotan hauek ematen dioten erabilera ez da egokiena izaten. Arazo nagusien artean, gazteen arteko mehatsuak, "jokora" indukzioa ( publizitate ezberdinen bonbardaketari esker) eta adikzioarekin batera isolamendua. Gaur egungo gizartean, teknologia berrien erabilera sozializatzeko modu ohikoena da, beraz ez dugu uste hauen erabilera debekatu behar denik, bai ordea ardura eta kritikotasun ikuspuntu bat lantzen gazteekin.
"Un uso inadecuado y descontrolado del móvil puede originar situaciones problemáticas como el ciberbullying", advierte el Ararteko en su informe La Transmisión de Valores a Menores. La persecución puede adoptar diversas formas, que abarcan desde el acoso sexual a través del móvil, el desprestigio en la Red, el envío de mensajes amenazantes o el fenómeno denominado happy slapping, consistente en agredir violentamente a alguien y grabarlo con el teléfono para, posteriormente, difundir el vídeo por Internet. Además de estos riesgos, la oficina del defensor vasco subraya que un empleo indiscriminado de este tipo de aparatos, cada vez más de moda entre los adolescentes, "puede originar en los menores una excesiva influencia hacia la persuasión al juego y al consumo, al mantenimiento de conversaciones con personas desconocidas y a la recepción de material pornográfico".
Las cifras avalan los temores del Ararteko, ya que el 72% de los menores encuestados confirma haber recibido mensajes en los que se le invita a participar en sorteos o juegos de azar tipo casino. El 9% afirma haberse convertido en receptor de imágenes pornográficas en su móvil y, en este mismo sentido, el informe destaca sin cuantificar que cada vez se detectan más casos de víctimas de agresiones virtuales.
A pesar de que la recopilación de datos se llevó a cabo justo antes de que el Whatsapp y las redes sociales tomaran el control de los dispositivos de telefonía móvil, los adolescentes encuestados ya revelaban que, salvo en contadas ocasiones, no empleaban el aparato como teléfono. El envío de mensajes cortos era ya la función más socorrida y solo el 9% del alumnado de 6º de Primaria que disponía de móvil lo empleaba casi diariamente para realizar llamadas. En Secundaria, esta misma tasa se elevaba hasta el 25%.
De forma paralela, los artilugios móviles se han revelado como una importante herramienta de ocio. Además de los consabidos chats, los jóvenes los emplean como plataforma para jugar a videojuegos y también para intercambiar imágenes y vídeos online. En este sentido, el informe publicado por el Ararteko subraya que si bien el móvil, la televisión, Internet y los videojuegos "son medios que ayudan a mantener las relaciones interpersonales" y que, por tanto, "ayudan a socializarse", también encierran riesgos.
Si la entrega de dispositivos no va acompañada de la educación adecuada, los usuarios pueden convertirse en víctimas de la "pantallización", un fenómeno consistente en distorsionar el mundo real hasta adecuarlo al formato de una pantalla, independientemente de su tamaño. Este comportamiento, de acuerdo con las apreciaciones contenidas en el informe de la oficina, puede llevar a que lo malo parezca menos malo a ojos de los "adolescentes criados en la cultura de la imagen, acostumbrados a grabarlo todo, hacer fotos y enviar SMS". En otras palabras, el estudio establece que "el empleo abusivo del móvil, así como de otras tecnologías, puede dar lugar a una adicción y, en consecuencia, a un aislamiento permanente".
Aunque la situación que se da en nuestro entorno no es equiparable a la de otros países, el aislamiento al que el análisis hace referencia puede desembocar en un encerramiento del menor en su habitación para, desde allí, poder interactuar libremente con sus aparatos electrónicos. A esta situación, aún infrecuente en la CAV, se le denomina bedroom culture y ya es objeto de estudio en algunas investigaciones sociológicas.
La conversión del dormitorio juvenil en una suerte de santuario en el que los adultos no tienen cabida hace de este espacio un territorio privado en el que "la televisión, la música y el ordenador compiten y comparten la atención de los jóvenes". "El acceso a Internet y el teléfono móvil -añade el documento-, se constituyen en medios para mantener los vínculos con sus amigos en la distancia y la soledad de su cuarto".
A juicio del Ararteko, la solución a este complejo problema se encuentra en la Declaración sobre la educación de los Medios promulgada por la Unesco en 1982, en la que se subraya la importancia que la escuela y la familia tienen "en la asunción de la responsabilidad de preparar a los jóvenes para vivir en un mundo dominado por las imágenes, las palabras y el sonido".
Klasean hainbestetan aipatu bezala, teknologia berriak eta digitalak ez dira ez onak ez txarrak, guk beraiekin egiten dugun erabilera da azkenean garrantzitsua. Artikuluan agertzen du gazte eta umeen eguneroko "ogia" direla teknologiak eta askotan hauek ematen dioten erabilera ez da egokiena izaten. Arazo nagusien artean, gazteen arteko mehatsuak, "jokora" indukzioa ( publizitate ezberdinen bonbardaketari esker) eta adikzioarekin batera isolamendua. Gaur egungo gizartean, teknologia berrien erabilera sozializatzeko modu ohikoena da, beraz ez dugu uste hauen erabilera debekatu behar denik, bai ordea ardura eta kritikotasun ikuspuntu bat lantzen gazteekin.
